viernes, 20 de septiembre de 2013

Más yo, menos los demás

<<Confesión>> 

Camino por la calle para poder pensar, solo mi pensamiento y mi acción, pero siempre termino en lo mismo, doy vueltas y más vueltas para llegar siempre a lo mismo, ¿algo cambiará? Una pareja de enamorados se preguntan entre sí, "¿me quieres?", y se responden entre sí, "no sabes hasta dónde", y yo los observo, camino, pienso y sigo caminando. Me afectó y no saben cuánto. Entre ellos se hacen compañía, entre ellos se aman, entre ellos se ilusionan y se desilusionan, ahora soy más como los demás. 

Al pensar en esa pareja recuerdo todo. Observo el cielo y vuelvo a pensar: ¿porqué no soy como ellos? Siempre digo que cuando estoy triste me siento feliz, y es extraño, pero es así. Tal vez el retener esas ideas que me atormentan y me lastiman, las que alimentan mi tristeza, hacen que me sienta completo, satisfecho, feliz... y es por ello que deseo con tantas ansias aferrarme a ellas. Una conversación lleva a otra, una pregunta a otra, un gesto a otro y un sentimiento a otro, ¿extraño verdad? Estar triste me lleva a la alegría, caminar me lleva a pensar, pensar en mí me lleva a decepcionarme más y más y decepcionarme de mí me lleva a deprimirme, la felicidad. Es verdad, soy complejo o tal vez solo yo creo aquello.


Llegaré a mi casa y pensaré en lo mismo, recaeré en el dilema que al parecer jamás me dejará tranquilo. ¡Prejuicios, prejuicios, prejuicios! ¡Quiero ser más yo y menos los demás! Llegaré y sé que me encerraré en mi mundo subjetivo, el de cuatro paredes, en donde florecen pensamientos inequívocos para que se marchiten en ese preciso instante. Quisiera tener menos de algo y más de todo, pero siempre termino en nada. Mis ojos están pesados, han caminado arrastrando tanto dolor que ya no aguanto su malestar. ¡Los maldigo, ojos del demonio! 

Aquí estoy, un cuadro y un orificio, eso represento. Mi vida es el cuadro y el orificio aquella grieta por donde se escapa mi esencia, mis ideas, mis proyectos inconclusos, pero no tengo porqué quejarme: yo mismo creé aquella bendita grieta. ¿Tan radical soy? Creé un historia para poder explicar otra y para poder explicar aquella inventé otra y así sucesivamente. Creo que no es extremismo, sólo cobardía. ¡Lean al cobarde! Cobarde que sólo se insulta, cobarde que no busca soluciones y sólo se marchita sentado en el suelo por más comodidad. 

Una televisión, una cama, un estante, un hombre, una almohada, un pensamiento, una revolución, una canción y un poema: cuatro paredes rodean mi universo.


¿Menos qué? Menos prejuicioso, menos problemático, menos desadaptado, menos sentimental, menos alegre, menos incoherente, menos subjetivo, menos perfeccionista, menos soberbio,  menos tonto, menos desequilibrado, menos ilusionable, menos hiriente, menos sexual, menos inconsciente, menos pretencioso, menos aniñado, menos burlónmenos flojeriento, menos posero, menos proyectista, menos cobarde, menos egocéntrico,  menos distraído, menos amoroso, menos cruel, menos ambicioso, menos amical, menos débil, menos codicioso, menos vicioso, menos yo...

No debería fijarme solo en mis defectos, también tengo aspectos positivos, pero ya lo expliqué: tengo que tener menos de esto y más de aquello, pero claro, siempre termino en nada.

Esto es tormentoso, es como cuando preguntan: "¿qué quieres ser cuando seas grande?" ¡Que tal burrada! (y con ello insulto a los pobres burros que no tienen nada que ver en esto) <<Toc, toc, toc...>> ¡Odio ese sonido en este instante! ¿Cómo es posible que un simple gesto de "amabilidad" pueda cambiar mi parecer? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradeceré su critica, todos aprendemos en el camino.