lunes, 5 de enero de 2015

¡En el mar!, por Vargas Vila

«Confrontalismo»

Verde es el mar: verde como la esperanza;
verdes son las llanuras y las selvas,
y los ojos soñadores de las vírgenes del Rin;

azul es a veces la ola: azul como el amor; 
azules son los cielos y los lirios,
azules son los sueños del poeta,
y azules las silvestre campanillas
que se abren con el beso de la tarde;
blanca es la nube perezosa,
viajera del vacío: blanca como la inocencia;
blancos son los velos de las vírgenes,
y las tocas de los muertos;
negro es el cielo tempestuoso;
negros como las alas de un paujil gigante;
negros son los sueños de los malos,
el fondo del abismo y las noches de los proscriptos;
el mar es el engaño perpetuo:
el verde, el azul, el violáceo,
todos son negros en el fondo;
el cielo es la mentira cínica: el azul desmayado,
el nácar pálido, todo es negro en el fondo. 
En lo profundo del mar, el mostruo, el fango;
en lo profundo del cielo... nada;
Tritón, dejó una reyedad de mostruos,
Júpiter una dinastía de fantasmas:
Lucrecio creía hallar a Dios en el fondo del mar;
la fe cree hallarlo en el fondo del cielo:
Tales sacó a su dios de las aguas del océano;
Anaximandro y Leucipo de los átomos del aire;
y dios no está en ninguna parte;
el mar, no representa a dios;
representa la mujer;
es obscuro, voluble, tempestuoso, pérfido;
¿Quién interroga el abismo?
mar profundo, o corazón, de mujer,
¿Quién ve en el fondo?
tempestades del cielo, o tempestades del alma,
¿Cuales son más temibles?
volubilidad de la ola,
hay algo que tú igualas;
una alma de mujer;
todo era azul ayer:
azul el cielo y azul el mar;
era una tarde,
toda de tintes azulosos,
desde el obscuro que rodea la gruta,
hasta el pálido y triste color de niebla
de la ola que muere sobre la arena blanca...