domingo, 27 de abril de 2014

Cuando estás dentro de mí

<<Ojos turquesa>>

<<Dentro de mí llevo flores de distintos colores, árboles verdes, un jardín cercado y un bosque en donde encontrarás diversas mariposas turquesas que llevan tu nombre>>

Cada vez que giro siento las paredes, siento el aire y no respiro, te veo dentro de mi cuerpo, las estrellas que pintas se vuelven más brillantes. ¿Observaste a las mariposas cuando vuelan? ¿Viste cómo pueden fusionar sus colores en uno? La distancia entre las mariposas y tú no es relevante. Tus alas son turquesas, gigantes, delicadas; de un que envuelve a la atmósfera. 

Las mariposas vuelan alto, por todos los cielos; tú vuelas dentro de mí. Por algunos momentos me hablas al oído, yo te escucho en silencio y observo cómo vuelas por cada parte que oculto para que el exterior no se de cuenta quién soy. Cuando encrespas tus alas, las fabulosas, todo polvo que pretende ocultarse se esfuma. Hay días en que te ocultas, mis dedos te buscan, no te encuentran y los latidos que emite este corazón pesado te rastrean, tú sigues tu camino y yo permito que permanezcas oculta. Sé que estaremos juntos, sé que mis venas te sienten, sé que mi sangre circula en ti. Tu cuerpo sigue en movimiento. Yo disfruto cada subida y bajada. La delicadeza que envuelves llena de envidia a los demás seres terrestres, tu turquesa se pierde dentro. 

Tu sudor es dulce y no empalaga: la tentación de los sentidos. Me encanta perderme en la profundidad de tus ojos y sentir que tus labios elevan mi paraíso. Mis manos recuerdan las mínimas caricias, también mis dedos recuerdan el mar que posees en cada cabello. No sé si pueda resistir a los sentimientos que escondes en cada rincón de mi cuerpo, en esas habitaciones impenetrables por la racionalidad, en esas habitaciones que usas como refugio para soñar. También adoro tu voz, tus pensamientos y tus estrellas. 

Con los miedos que encuentras dentro de mí puedes crear redondos cuadrados que rompen tradiciones, que encajan en mi vista, en mi oído, en mi tacto. Tus letreros de "presente" se asientan entre campos de girasoles que hacen que mi respiración se acelere y caiga, caiga a tus brazos físicos. Siempre supiste que mis fantasmas se alejan cuando asomas tu delicadeza por el agujero negro, siempre supiste que tu hermoso semblante le da un nuevo inicio a mis días, por eso sé que al fijar mis ojos en el atardecer, observar el cielo, me acompañarás: es emocionante y cálido, y pido más días y horas para que mis ojos, y tú, puedan divisar, observando con el alma, el atardecer. Es mágico cuando estás presente en mis pensamientos, que puedas hablar y pueda escucharte dentro de mis cuatro paredes transparentes. 

Si tuviera que enumerar lo que llenas cuando estás en mí, el infinito cumpliría el número principal.

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