<<Confrontalismo>>
Escucha cómo llora aquel niño, cada segundo sirve para engrandecer el dolor, y la lucha en contra de la felicidad da sus resultados: nos lo regala tan fácilmente que todo resulta simple. El día, el sol, los sueños, la noche, la lluvia, los sentimientos, la gente; todo.
Aquella avecilla, ni siquiera ella es libre. Está sometida. Sometida al viento, al día, a la luz, al hombre; y nosotros, los de tierra, nos sometemos entre sí, como tontos seres que buscan la superioridad -en vez de la superación- enmascarándola como la "lucha en contra de la mediocridad". ¿Y lo humano? Se fue. Se fue como el viento o tal vez con él. Se escapó como aquel rayo de luz o como aquel gatito buscando más calor -¿o lo dejamos escapar?-.