sábado, 14 de junio de 2014

Lo que se olvida

<<Cuatro paredes>>

La vida continúa, es verdad, pero, ¿tú?


¿Por qué si quiero detenerme, tú deseas caminar? ¿Quizá si quiero correr, tú querrás descansar? ¿Por qué si quiero pan, tú quieres agua? ¿Quizá si pienso en vida, tú quieres morir?

No tiene sentido tratar de escribir evocando tu ser, no tiene sentido endiosar a las personas y desilusionarse al encontrar su lado más carnal; menos tiene valor el encontrar la piedra en el camino creado por el dibujante. No tiene sentido seguir recordando tu aroma, ni tus cabellos, ni tus ojos, ni ese corazón negro al pie de tus labios. Hoy lo que dije y lo que no pude decir, pero sí pensar, perdió el valor y se sumó al conciliábulo cerebral. 

Eres lo que quise, lo que prometí, la esperanza a la que me aferré, lo que olvidaré y lo que colocaré a mi lado izquierdo, con tantos ceros al oeste que serás lo que la distancia hace con los recuerdos.

Serás la lista final del conteo de los peces existentes en los mares, también representarás el olvido del mar, con sus olas, sus asientos, sus gaviotas y sus brisas, con su atardecer. Tu desatino será lo que representes. Lo que quise, con tus pies y manos, se esfumó junto con la última canción del mes, de mayo, de aquel mes que también olvidé, con el día y la hora. Con mi boca húmeda, mis manos sudosas, con mis ojos que revolotean en sus órbitas, en tu submundo encerrado en tu lucha por alcanzar lo que crees imposible. 

…y cuando me abrazaste, entre ojos sollozos, se esfumó la última gota de esperanza; la pared, entre cortada, presenció lo que inútilmente quisiste salvar. Supe que jamás las rosas blancas representarían a las rojas.

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