miércoles, 20 de abril de 2016

...de ti

«Cuatro paredes»

Antes de ti, mi océano tenía límites; antes de ti, mis cabellos eran la combinación lacea del monte sin tierra; antes de ti, yo no era yo sino otro que intentaba ser materia viva. 

Cada vez que tu piel sienta la necesidad de que mis manos la toquen, deja que el viento baile con ella, yo le dejaré mi aroma para que cada poro en ella me sienta; cada vez que me quieras escuchar, acércate al mar y oye a las olas, yo estaré recitando entre cada golpe seco de agua en la tierra; cada vez que sientas que te hago falta, cierra los ojos: en la oscuridad observarás mi rostro pardo, verás nítidos mis ojos y labios, mas mi calor seguirá distante. Pero seguiré a tu lado, con el aire y el mar. Si quieres, también con la canción lenta del pasado, aquella que en una sola melodía podía hacer que nosotros, así, dispersos, seamos un solo cuerpo. 

Después de ti, ya no existe lo real; después de ti, el tiempo es inverso a la pérdida intencional de los hombres; después de ti, los ojos ya no son ojos órbitas de luna. 

Cuando te quiera sentir, giraré en la arena para que cada sentido existente en mí recuerde lo natural de tu ser; cuando te quiera sentir, gritaré en frente del árbol que se bifurca en agua y aire: en el aire estaré yo para que tú me roses con el sublime movimiento intencional del universo; cuando te quiera sentir, me sentaré entre girasoles para divagar y encontrarte. 

Porque mis manos son tus manos y mi corazón el tuyo. 

En la muralla, mi aliento es el tuyo.

Mi amor el tuyo. 

...y tú no eres tú sino yo.

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